Radu lleva una vida solitaria y estéril. Una entrevista para un nuevo trabajo le da la esperanza de que las cosas mejorarán y superará la depresión, pero tras los exámenes médicos obligatorios descubre que sólo le quedan unos meses de vida. Sale de casa y, tras semanas conduciendo sin rumbo, llega agotado a un pueblo. Un anciano, Nea Pavel, lo lleva a su casa y Radu decide quedarse. ¿Pero podrá ignorar lo que le espera?

El guion, escrito por el propio Sofronea, fluye con naturalidad aunque realiza un eslalon constante entre la terrible situación del protagonista, la paz diáfana que encuentra en el pueblo, las densas vivencias del ingeniero y la aparente placidez de nea Pavel o de su sobrina. Los personajes conviven y son maleables, sus vidas se cruzan y entremezclan sinuosamente hasta que el confundido encuentra su brújula, incluso el apacible de nea Pavel vuelve a sentir ira y decepción, y asimismo Ana abandona su tranquilidad y resignación y saca a la luz su pasión.

Radu huye de sí mismo, huye de su pasado y huye de la gente. Nea Pavel y Ana son precisamente los que dejaron atrás los que huyeron. La amabilidad de Pavel y la belleza de Ana hacen que Radu se descubra a sí mismo y comprenda el sentido de la vida y por qué vale la pena vivirla. ¿Habrá una vuelta al equilibrio de los tres personajes o no? Tal vez sí tal vez no.

«Cautatorul de vant» recibió, en marzo de 2022, el premio FIPRESCI » por profundidad de la reflexión sobre la existencia humana y por la forma en la que utiliza el lenguaje cinematográfico para revelar la belleza de la naturaleza y la vida cotidiana», en el marco del Festival Internacional de Cine de Sofía. El Premio FIPRESCI lo otorga la Federación Internacional de Críticos de Cine.

En francés con subtítulos en rumano