Su eclecticismo viene de su historia. Lo ilustró en la AFP en agosto de 2019, puntualizando sus respuestas con su risa estruendosa y comunicativa: «Tengo la armonía de Bach y Handel en mi oído con la letra de Camerún. Es una riqueza poder tener al menos dos posibilidades. En la vida, prefiero estar en estéreo que en mono».

Emmanuel N’Djoké Dibango nació el 12 de diciembre de 1933 en Douala (Camerún), en el seno de una familia protestante muy estricta. «Mi tío paterno tocaba el armonio, mi madre dirigía el coro. Soy un niño criado en la Alléluia. Pero sigo siendo africano, camerunés y todo eso».

Su padre, funcionario, lo envió a Francia a la edad de 15 años, con la esperanza de convertirlo en ingeniero o médico. Estudió en Chartres donde empezó a tocar la mandolina y el piano. Durante un campamento de verano descubrió el saxofón, su instrumento favorito.
Empezó a tocar en los bares, los cabarets, bailes y circos en Bruselas. Después de unos pocos años, entra como pianista en el grupo de músicos que acompañaba a Nino Ferrer hasta 1972 y su hit Soul Makossa que acarreó su éxito en solitario.

Su estilo es esencialmente una fusión de jazz, de soul y de ritmos africanos. También incorporó a su repertorio algunas canciones francesas tradicionales o contemporáneas, como La Javanaise de Serge Gainsbourg. Algunas de sus canciones han sido cubiertas por Beyoncé y Rihanna.

El “negropolita” como le gustaba llamarse a sí mismo, ha colaborado con muchos artistas como Fela Kuti, Peter Gabriel, Salif Keita o Sinéad O’Connor. Generalmente actuaba en Francia, país en el que residía, pero también realizaba giras en África y en países occidentales, como España.

Manu Dibango era también uno de los autores de la música de la película de dibujos animados Kirikou et les bêtes sauvages (Kirikú y las bestias salvajes). Pueden escuchar su concierto en el Jazzwoche Burghausen (2018) pinchando aquí.