La palabra bakéké, viene del hawaiano “cubo”.

En este espectáculo mudo, el artista, vestido con una blusa negra y un sombrero de paja que le
da un toque de campesino bucólico, nos lleva al viaje del cuotidiano en un ritmo
desenfrenado. En busca de la pieza que falta, el visionario M. Bakéké se encuentra con
enigmas e imprevistos que transportan al público a un mundo absurdo y onírico.

Un personaje obsesionado con las figuras geométricas ve en un cubo una posibilidad para
investigar sobre las líneas y las formas.

Fabrizio Roselli nos hace reflexionar sobre los comportamientos obsesionados en nuestra
sociedad que se encuentran con cada vez más frecuencia. La voluntad de ser perfecto en las
actividades que hagamos nos vuelva locos y nos hace competir con nosotros mismo y de hecho
con los otros.
¿Fallar o triunfar… tan importante es?

Fabrizio nació en 1975, un día lluvioso, en los Alpes. Pasa su infancia entre correr por el campo
junto a su casa, jugar al fútbol y ver los dibujos animados. Después de haber probado los
oficios de pizzero y cartero, descubre a los 26 años la alegría de los malabares, y se dedica a
ello por completo. A los 30 años se forma en la Escuela de Circo Carampa de Madrid y,
posteriormente, en la FLIC de Torino. Su tendencia a ser un poco torpe lo convierte en un
clown natural.

En 2012 llega a Toulouse y después de estudiar tres años en la prestigiosa Escuela de circo Le
Lido crea la compañía Betticombo, con la cual exploran durante años el circuito teatral francés.
Paralelamente, organiza laboratorios de investigación sobre manipulación de objetos en la
Circus Space de Londres.

Con Betticombo Fabrizio vive momentos importantes en su carrera como la participación en el
Festival Mondial du Cirque de Demain, donde ganan un premio.

Espectáculo en colaboración con PDCirco y Scimmie Volanti.