Sarah Bernhardt es una artista conocida en todo el mundo. Es innegable que se adelantó a su tiempo. Incluso se dice que aún hoy es vanguardista. Llamada por Victor Hugo «la Voz de oro», pero también por otros «la Divina» o incluso «la Emperatriz del teatro», ella es considerada una de las más grandes actrices trágicas francesas del siglo XIX. Interpretó de todo, fue una actriz que trascendió el género con un apetito muy claro por lo macabro. Incluso se dice que la gente venía a verla al escenario sobre todo por sus agonías.

Con ocasión del centenario de su fallecimiento, este documental examina sin reservas la audaz modernidad de Sarah Bernhardt, la primera gran estrella global del mundo del espectáculo, destacando su notable libertad en relación con su cuerpo. Sarah Bernhardt fue la primera actriz en viajar por los cinco continentes llevando a todas partes la voz que tanto amaba, también en concebir el concepto de productos derivados y la primera en gestionar su propia imagen. se la llamaba la «voz de oro», lo que significaba que la gente acudía a escucharla.

Este documental rinde homenaje a una mujer tan moderna como seductora y provocadora. Es una mujer independiente, de la alta sociedad exuberante que desea hacer lo que le apetece.

El día de su muerte, unas 400,000 personas la acompañaron hasta el cementerio de Père-Lachaise, en París. Se dice incluso que, al anunciar su fallecimiento, los teatros parisinos bajaron sus telones en plena función. Francia había quedado devastada. Colette, que la visitó unos días antes de su muerte, dijo: «quería complacer, complacer y volver a complacer, incluso a las puertas de la muerte».

El documental de Sophie Jaubert está lleno de anécdotas de este tipo. La vida de la actriz, su temperamento ardiente, sus amores con hombres jóvenes, su apoyo a los soldados durante la Gran Guerra, su colección de reptiles, su lifting, e incluso la amputación de su pierna: un destino tan extravagante llevaría hoy a « la Divina » a las portadas de las revistas de celebridades.