El quinto largometraje de Thomas Lilti, "Los buenos profesores" (Un métier sérieux), retrata con acierto el día a día de un instituto de secundaria de los suburbios franceses, con un buen reparto de actores. Estreno en cines el 17 de mayo.

Tras retratar la medicina (su primera profesión) en Hipócrates (2014), que posteriormente se convirtió en serie, Un doctor en la campiña (2016), y Mentes brillantes (2018), el quinto largometraje de Thomas Lilti se adentra en el corazón de otra profesión, la de profesor de secundaria. Como en sus anteriores películas, con una mezcla de humor y seriedad, el director examina la realidad de una profesión que a menudo se asocia, como la medicina, a la idea de vocación, y a la que se adhieren todo tipo de creencias, clichés e ideas preconcebidas.

«No te presiones demasiado, ya tienen suerte de tener un profesor». 

Así saluda el director del colegio a Benjamin (Vincent Lacoste, que realiza una brillante transición de aprendiz de médico a aprendiz de profesor), un joven estudiante de doctorado que empieza su primer año como profesor sustituto de matemáticas en un instituto de la periferia. Sus colegas, un grupo de profesores muy unidos, le dan todo tipo de consejos. Pero poco a poco se da cuenta de que detrás de la confianza en sí mismos de sus compañeros a menudo se esconden dificultades con los alumnos, los padres y los inspectores…

Por su parte, el joven profesor principiante, un poco estresado, busca «recetas» en Internet para mejorar sus clases y cautivar a su público. Y le va bastante bien. «He conseguido crear un vínculo con mis alumnos», confiesa a Meriem (Adèle Exarchopoulos), su joven colega que se encuentra muy a gusto en el aula. Todo parece ir bien, hasta el día en que se enfrenta a la violencia de uno de sus alumnos.

Además de retratar la vida de un profesor de secundaria, Los buenos profesores aborda la cuestión de la transmisión y la educación en sentido amplio. En el trasfondo hay temas muy queridos por el director, como la proyección de los deseos de los padres en sus hijos.

La idea se resume en una elocuente escena entre el joven Benjamin y su padre médico, que le impone sin rodeos todo tipo de mandatos sobre su futuro y su desprecio por la profesión de profesor. La idea también está presente en Pierre, decepcionado por su hijo, que «no ha aprobado» el examen preparatorio, «a pesar de que hemos hecho todo lo posible por él».

¿Qué es la educación? ¿Cuál es el papel del profesor? Éstas son las preguntas centrales de la nueva película de Thomas Lilti. En una reunión del consejo de disciplina, Benjamin consigue, a pesar de la violencia de la situación, transmitir algo parecido al respeto al chico «incontrolable» al que ha puesto en entredicho. Pero, ¿podrá salvarlo?

Esperemos que sí, al tiempo que nos damos cuenta de la carga social que pesa cada vez más sobre los hombros de los profesores, encargados no sólo de enseñar conocimientos, sino también de transmitir valores. «Nadie tiene vocación al principio», explica Pierre a Benjamin. «Llega cuando te meten en un colegio y entonces descubres que ese es tu sitio».

La veracidad de la película reside en los detalles, los decorados, la cuidada elección del vestuario, los peinados y los accesorios. Dibujando los pequeños momentos de la vida cotidiana, las incongruencias del sistema, pero también las grandes cuestiones en juego en este lugar de aprendizaje, Thomas Lilti consigue, con una inteligente mezcla de humor y seriedad y un reparto de ensueño, un retrato preciso de esta «profesión sería», a menudo despreciada o mostrada de forma caricaturesca en el cine. Un estupendo homenaje.

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Cine

PREESTRENO | «Los buenos profesores» de Thomas Lilti

Lugar

Teatro del Institut français de Madrid

Sesiones

martes 07 May 2024
20:00