Las obras presentadas en la nueva exposición semi-permanente del Centro Pompidou Málaga, van más allá del antagonismo ciudad-campo para explorar las diferentes realidades territoriales a las que se enfrenta la sociedad, invitándoles a cambiar la mirada y ver estos espacios no como estáticos sino como interdependientes.
Encuentro con la comisaria Valentina Moimas, conservadora y jefa de servicio de Arquitectura Centre Pompidou París, el día de la inauguración, 1 de diciembre a las 18h.
Las seis secciones del recorrido son otras tantas pistas para analizar la manera en la que habitamos un lugar. Interesarse por la noción de territorio implica analizar la relación que el ser humano mantiene con su entorno, así como el impacto que tiene en él.
Deconstruir los clichés
Esta primera parte del recorrido pretende ir más allá de esta dicotomía entre ciudad y campo al presentar diversos puntos de vista sobre la vida rural y urbana. Escenas de trabajo agrícola, vistas campestres o desviaciones del género paisajístico se mezclan con obras que ilustran la rápida evolución de las ciudades desde finales del siglo XIX, la organización espacial de las ciudades modernas o incluso los incesantes flujos de las megalópolis contemporáneas.
Transformar la materia: homenajes y huellas
Esta sección se centra en las relaciones físicas y perceptibles que el ser humano mantiene con su entorno, así como en las huellas, efímeras o indelebles, que dejamos en los territorios. Muchos artistas, a menudo instalados en zonas rurales o remotas, adoptan una postura de humildad, e incluso de devoción hacia la naturaleza, que elogian en sus obras.
Habitar un espacio indefinido
Los «no-lugares» son espacios meramente funcionales característicos de la «sobremodernidad»: aeropuertos, estaciones de tren, intercambiadores viales, centros comerciales o incluso campos de refugiados. Estos espacios ilustran una estandarización y una deshumanización cada vez mayores, pero también pueden alimentar la imaginación, fomentar la errancia física o mental y ver el surgimiento de nuevos tipos de urbanidad.
Repensar las dinámicas territoriales
Hemos entrado en la era del Antropoceno, caracterizada por los efectos indelebles de la acción humana sobre el planeta. Algunos artistas abordan desde el condicionamiento hasta la sobreproducción y el consumismo excesivo, mientras que otros se apoderan de objetos banales de los que está saturada nuestra sociedad para revelar su poder simbólico o transformarlos en remanentes absurdos del consumo de masas.
Existir en el espacio público
En teoría, el espacio público pertenece a todos, pero en realidad está condicionado por estrictas normas sociales, que ponen de manifiesto las relaciones de poder que existen entre los individuos y, al mismo tiempo, aumentan las desigualdades. Así, el espacio público a veces parece inhóspito cuando se trata de personas que la sociedad percibe como marginales. Entonces, ¿cómo podemos existir dentro de él?
Recomponer sueños y realidades
Artistas transmiten una manera de estar en el mundo. Incluso cuando no adoptan una postura abiertamente militante, sus obras pueden ser actos de resistencia. Las propuestas reunidas en esta sala son caminos alternativos para reflexionar sobre el mundo contemporáneo, su historia, sus dinámicas y los retos que le deparan.