Como diría Godard, todo va bien en un pintoresco pueblito de la Bretaña, orgulloso de su tradición centenaria y sus crepes, que se prepara para acoger a una familia de refugiados ucranianos… cuando la que aparece es de nacionalidad siria. Ups. En su séptimo largometraje como directora, Julie Delpy (El Skylab, premio especial del jurado en San Sebastián) construye una afilada sátira sobre solidaridades de primera y segunda, a base de inspirados diálogos y verdades incómodas en torno al cambalache de la integración. Una mirada no amable pero sí afectuosa hacia su galería de personajes, por patanes que resulten, aporta el tono justo a esta comedia coral y desvergonzada que se ríe de los prejuicios sumarios con colmillo político e incluye varios momentos in your face al compás de Mozart y Beethoven: una sinfonía de la estulticia social.

Barberie Bichette, a quien todos llaman a su pesar Barbie, fue quizás hermosa, querida, quizás fue una buena madre, una compañera de trabajo fiable, una gran amante, sí, quizás… Pero hoy, a veces todo es sombrío, a veces violento, a menudo absurdo, y no le hace ni pizca de gracia tener… 55 años, ¡o más dentro de poco! Es fatídico, inevitable, pero ¿cómo hacer con una misma, con los demás, con la vida, en general…? Barbie acabará soltando amarras, literalmente, y de hecho, será del otro lado, en las salvajes alturas de Escocia, donde empezará su nueva vida, inesperada y luminosa…

Léo es un ingeniero de veintisiete años que se ve obligado a ceder a una empresa de perforación de metales raros, los terrenos agrícolas de su padre, un agricultor que se suicidó tres años atrás. Pero una serie de extraños sucesos le llevan a pensar que la obra está contaminando el río de su infancia… Entonces, decide emprender una investigación increíble que le llevará hasta la muerte de su padre.

Todos los días, Jay conduce su taxi por Tokio en busca de su hija, Lily. Separado desde hace 9 años, nunca ha podido conseguir su custodia. Ahora que ha perdido la esperanza y está a punto de regresar a Francia, Lily sube a su taxi…

Agosto del 92. Un valle perdido en el este de Fracia, unos altos hornos que ya no arden. Anthony, de catorce años, no hace más que aburrirse. Una tarde calurosa junto al lago, conoce a Stéphanie. Es el flechazo absoluto, y esa misma noche se lleva a escondidas la moto de su padre para ir a una fiesta en la que espera encontrarla. A la mañana siguiente, cuando se da cuenta de que la moto ha desaparecido, su vida da un vuelco.

La belle de Gaza se sitúa en Tel Aviv, donde en una de sus calles con restaurantes a la moda, las prostitutas trans palestinas esperan ser “escogidas” por el cliente, ya sea judío o árabe.

A raíz de la muerte de su hermana gemela, Gaspard, un joven profesor de música, reúne a sus cinco mejores amigos en el instituto vacío de su infancia, en pleno mes de julio. En este espacio lleno de recuerdos, que van a ocupar como un nuevo espacio de vida, los amigos vuelven poco a poco a la infancia. De repente, estalla una pesada verdad, destrozando este interludio de ingenuidad.

Nicole tiene 52 años, vive en una vivienda pública en los suburbios con su hijo Serge, de 19 años, que ya no la soporta. Endeudada y desempleada, le cancelan la tarjeta de crédito y sus arrugas se profundizan sin que pueda hacer nada al respecto. ¿Y si, a medida que se acerca la Navidad, la vida finalmente decide sonreírle?

Catherine Marie-Agnès Fal de Saint Phalle, llamada Niki por su madre desde los cuatro años, decide dedicarse plenamente al arte en 1953. Al integrar el grupo de los Nuevos Realistas, del que forma parte el artista suizo Jean Tinguely, con quien se casará en segundas nupcias en 1971, Niki de Saint Phale dibuja sus primeros pinturas-perfomances de Tirs, empieza a crear sus ‘Nanas’, las famosas esculturas feministas realizadas en papel y resina a partir de 1964, antes de trabajar a partir de 1970 en proyectos de instalaciones monumentales, como el Jardín de los Tarots, en Italia, o la Fuente Stravinski en París… En 1972, dirige ‘Daddy’, su primera película experimental junto al cineasta Peter Whitehead.

Aya vive atrapada en una existencia aburrida y sin perspectivas en Tozeur, al sur de Túnez. Única superviviente de un accidente, decide desaparecer para reinventar su vida en Túnez. Pero su nueva identidad se ve comprometida cuando se convierte en la principal testigo de un error policial.

Nour, de 27 años, ha emigrado clandestinamente a Marsella. Junto a sus amigos, vive de pequeños trapicheos y vive de manera marginal y despreocupada… Pero su vida va a dar un vuelco cuando conoce a Serge, un carismático e imprevisible policía. De 1990 hasta el año 2000, Nour va a amar, envejecer y seguir soñando.

Ethan, un chico de 20 años, se convierte en un aprendiz de jinete en un hipódromo. Descubre un talento y una pasión, y comienza a soñar con un mejor futuro. Pero el mundo de los jinetes es caro y muy competitivo. De cada cien chicos, solo uno se convertirá en profesional. Si él quiere destacar, Ethan tendrá que correr algunos riesgos.

Nada había preparado a Eva para vivir la experiencia de trabajar en un gran hotel. Cuando integra el equipo de camareras, Eva conoce a algunas compañeras, todas ellas con un fuerte carácter: Safietou, Aissate, Violette y Simone. Entre risas y momentos duros, la joven descubre un equipo solidario y unido frente a la adversidad. Cuando empieza una huelga que sacude la vida en el gran hotel, cada una de estas «pequeñas manos» se enfrentará al dilema sobre qué decisión tomar.

Rita, súper cualificada y súper explotada, utiliza sus dotes de abogada al servicio de un importante gabinete más inclinado a blanquear a los criminales que a servir a la justicia. Pero una puerta de salida se le abre inesperadamente: ayudar al jefe del cartel Manitas a retirarse y a llevar a cabo el sueño que ha estado tramando en secreto desde hace años: convertirse en la mujer con la que siempre ha soñado.