A raíz de la convocatoria abierta por el ayuntamiento de Valencia, el marco extraordinario de las Atarazanas acoge el proyecto de la artista francesa Emmanuelle Genolini, hasta mediados de diciembre. Pintora y escultora, ha desarrollado una obra muy personal organizada en torno a una pieza central que da nombre a toda la muestra. Dicha obra constituye la alegoría a escala humana de un instante de la vida, el momento de encuentro con un cuerpo y con la materia que representa el nacimiento y el cuerpo materno. «Belén», pues, se erige como la metáfora del parto.

La exposición, titulada «Belén» en referencia a un pueblo de Tierra Santa, a la representación de la Natividad y también al nombre de mujer, tendrá lugar del 13 de septiembre al 11 de diciembre en las Atarazanas del Grau. 

La obra de Emmanuelle Genolini se basa en un número limitado de medios plásticos, su gesto es libre y desenfrenado. Sus obras son formatos muy grandes de papel montado sobre lienzo utilizando técnicas mixtas (carboncillo, sanguina, acrílico). Comienza sus esculturas trabajando y modelando con decisión la arcilla con chamota. La tierra dura, cruda y roja, evoca la naturaleza terrestre, y capta la luz admirablemente biem.

«Belén», la escultura, se aleja de cualquier representación académica. Es el cuerpo vaciado de una mujer transformada en madre, que domestica a su hijo y a la inversa. Asimismo, «Belén» alude a la noción de «matrescencia», propugnada por la antropóloga estadounidense Dana Raphaël.

La matrescencia es el período de transición que caracteriza el paso de mujer a madre. Evoca, por tanto, la nueva forma de vida de la mujer en el umbral del parto. Como ya han abordado previamente algunas figuras del feminismo, esta escultura plantea también la cuestión de la maternidad en términos sociales. Cuestiona la naturaleza de la brecha entre la llamada «naturaleza feminina» y los comportamientos esperandos de una madre. Esto genera, de hecho, respuestas y reacciones apasionadas.