Marion Lagassat, de su verdadero nombre, nació en Valence, en el soleado sur de Francia. Hija de los 90s,  de padres amantes de la música, creció con el pop inglés, el folk americano y el RnB de los 90. Fuertemente influenciada por el cine de Hollywood y el arte conceptual de los años 70 y 80, se queda unos meses en Los Ángeles al cumplir los 18. Las covers destacadas en Dailymotion y las apariciones en la radio con tan solo 16 años le predicen un futuro brillante. Su primer proyecto folk le abre las puertas de varias giras nacionales donde acompaña a Angus Stones, Tété, Arthur H … En paralelo, se incorpora a un grupo de rock-psique como organista. Sin duda, su eclecticismo musical tan rico como original viene de su pasión devoradora y su curiosidad ilimitada.

Bajo su nuevo alias, la artista impone una neo-soul moderna y ecléctica, tan ambiciosa como ligera -una joven culta cuya capacidad para sintetizar sus influencias impresiona. Sus títulos reclaman tanto de RnB como de un evanescente Trip Hop o de la New Jack de principios de los 90. Hay referencias a NAO, Jorja Smith, Portishead y Kehlani. Una producción engañosamente minimalista, entre electrónica y orgánica, sublimada por el “savoir faire” francés. Un universo basado en un abundante trabajo vocal y melodías en tonalidades doradas que se despliegan como un abanico del que se escapa un aire vigorizante.

En solo dos sencillos, Praa obtuvo críticas entusiastas de los medios franceses, así como de la –muy exigente- prensa extranjera, como Clash Magazine, HighsNobiety, BBC, Earmilk, Dummy y The 405. Firmada por el sello vanguardista Elephant & Castle, su EP salió en 2020 y tiene fechas previstas por toda Europa (incluidos en los precursores Reeperbahn y Transmusicales), el futuro parece brillante para Praa.