Creado en 1919, el Institut français de España en Zaragoza es una de las instituciones más antiguas de la ciudad y ocupa un lugar estratégico en Aragón. En efecto, su cercanía con Francia le permite tener un papel de referente en la enseñanza del francés y la difusión de la cultura francesa en esta región.
Forma parte de una red compuesta de 96 Instituts implantados en todos los continentes, cuya misión original es la promoción de la acción cultural de Francia en asuntos de intercambios artísticos y de difusión del idioma francés. Todos dependen del Ministerio de Asuntos Exteriores francés quien, en el decreto constitutivo 2010-1965 del Institut Français del 30 de diciembre de 2010 le otorgaba la misión de “garantizar la respuesta a las necesidades expresadas por la red, participar y animar la gestión del mismo.”
En efecto, esta red de Instituts Français forma parte de otra red aún más importante, la red cultural de Francia en el extranjero. Esta se compone de más de 1500 estrúcturas de estatutos diversos, dentro de las cuales contamos con más de 800 Alliances Françaises cuyas misiones son similares a las del Institut Français pero con un estatuto jurídico distinto (Las Alliances Françaises son estructuras asociativas mientras que los Instituts Français son Establecimientos con Autonomía Financiera), y un tejido denso de Liceos Franceses del Extranjero.
Históricamente, los Instituts Français, creados en la primera mitad del siglo XX, se denominaban “Centros culturales”. Esta evolución del lenguaje se acompaña de una evolución y de restructuraciones económicas que transformaron los Instituts Français en verdaderas empresas culturales.
El dispositivo de representación de Francia en el extranjero se consolidó con el empoderamiento de los establecimientos en 2011. En efecto, el hecho de ofrecer más autonomía a los Instituts Français en sus misiones, así como de darles más responsabilidad en la gestión, demuestra que Francia no quiso renunciar a este dispositivo único en el mundo, a pesar de las evoluciones económicas de estos últimos años. Ningún otro país invierte tanto para instalar su influencia cultural en el extranjero, y poner de relieve las grandes ideas que fundaron su historia: cultura, debate de ideas, tolerancia y aceptación de las diferencias culturales. Los establecimientos de la red cultural francesa en el extranjero han de formar parte del paisaje y de evolucionar con el país en el cual están implantados.